viernes, 11 de junio de 2010
Un mundo feliz (Jornada)
Ni que fuese aquella premonición de Aldous Houxley, aquella idea de la aldea feliz. No parece haber nada, en este tiempo, que haga más feliz al planeta, aunque más no sea por un mes, no hay nada que sea más excitante, cada cuatro años, que un Mundial de fútbol. Y los simbólicos relojes de arena de dos tercios de la población en los cinco continentes terminarán hoy por fin con la cuenta regresiva para permitir que a partir de las 11 (16 de Sudáfrica), el equipo local de los “Bafana Bafana”, dirigidos por el brasileño Carlos Alberto Parreira, se enfrenten al equipo mexicano por el Grupo A en el Soccer City de Johanesburgo, en lo que será el primer Mundial en territorio africano.
Lejos en el tiempo parece haber quedado la bronca de los dirigentes del fútbol africano cuando una “confusión” del neocelandés Charles Dempsey a la hora de los votos, le diera la chance a Alemania de anticiparse para organizar el Mundial 2006, postergando por cuatro años el gran sueño. Ya los germanos tenían en su mente la idea del 2006 en Estados Unidos 1994, cuando hicieron circular un prospecto en el ámbito del Comité Ejecutivo de la FIFA, siempre reunido en los grandes hoteles y esta vez, para no ser menos, sesionó en el impactante Convention Center de la ciudad más rica del continente negro, Sandton, una especie de Las Vegas africana.
¿Qué nos puede deparar este Mundial, con una España que juega el fútbol más estético pero con jugadores que físicamente no están en su plenitud, o con una Argentina con grandes cracks, especialmente en la ofensiva, pero con la incógnita que significa Diego Maradona sentado en el banco, o un Brasil con varias figuras excluídas pero con la potencia intacta dentro del conservadurismo de su técnico Dunga, o una Italia que parece cuatro años más vieja y sin tanto recambio, o una Inglaterra que es más temida por su temperamental entrenador italiano Capello, o talk vez la confirmación del crecimiento de los Estados Unidos?
Muchas preguntas, mientras la FIFA resuelve ya sin tanta oposición interna en su Congreso, mantener un statu quo, sin apelar mayormente a la tecnología para sacar las dudas en los partidos (el presidente suizo Joseph Blatter sigue apelando a la “pasión”), o a lo sumo, adelantar todavía más el inicio de las próximas eliminatorias del Mundial de Brasil para noviembre de 2011 en vez de marzo de 2012, una forma de no dar respiro a los seleccionados ni a competiciones continentales.-
Por lo demás, una fiesta para el continente africano, tan sufrido, con tantos problemas económicos y sociales, pero que hoy se dará el gusto de aplaudir a su gran líder “Madiba”, Nelson Mandela, de 92 años, ex presidente y Premio Nobel de la Paz, pero por sobre todas las cosas, símbolo de la lucha contra el Apartheid, que tanto daño le hizo a este país.
¿Podrá el equipo sudafricano de los Bafana Bafana lograr equiparar al mítico de rugby de los Sprinboks de aquel glorioso Mundial de 1995? Las circunstancias son otras, el contexto también, ahora que los derechos de los oprimidos van pareciéndose cada vez más a los que antes eran los opresores. Hoy, la corrupción parece estar más en boga que el racismo.-
En todo caso, una vez más, el fútbol, ese gran fenómeno de masas incomparable desde el siglo XX pero ahora ya con la penetración mediática que lo convierte en un hecho único, para muchos simplemente la sublimación de la guerra por otros medios más festivos, es la excusa perfecta para que el mundo sepa lo que es Africa y se prepara para vivir momentos emocionantes, únicos, de esos que perduran en el recuerdo.
El Mundial ya está aquí, y allí vamos.
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