miércoles, 2 de junio de 2010

El que no Bafana Bafana es un Benny Hill



Pocas veces un hecho futbolístico conmovió tanto a los sudafricanos como la exclusión del próximo Mundial del veterano Benny Mc Carthy por parte del entrenador brasileño Carlos Alberto Parreira, quien lo ve "demasiado fuera de forma" para poder integrar el seleccionado nacional (llámese "demasiado gordo").

Tanto es así que en pocos minutos, el sitio web www.iol.co.za se atestó de gente hasta colocarse segundo entre todos los visitados, porque allí se difundía la verdadera historia por la que uno de los grandes ídolos del fútbol sudafricano, era excluído cual si fuera un Ariel Ortega del continente negro.

Los dos grandes e interesantes diarios sudafricanos,"The Star" y "The Citizen", a su manera se preguntan si los Bafana Bafana están, en serio, en condiciones de repetir aquella hazaña de los Sprinboks cuando vencieron a las huestes de los All Blacks neocelandeses y sus temerarios hakas, cuando la epopeya del rugby de 1995 que da cuenta la película "Invictus", y cuando destronaron a los mejores, cuando un país evitó las diferencias para lanzarse en favor de lo que los unía gracias al enorme y paciente trabajo del ex presidente y premio Nobel de la Paz Nelson Mandela, de 95 años.

La respuesta no parece ser la misma que hace quince años. Porque en vez de Mandela, el presidente hoy es Jacob Zuma, de 68 áños, acusado de muchos casos de corrupción. Y lejos de aquel mito de la deseada igualdad, hoy navega la indiferencia y la problemática pasa mayormente por lo económico y por una inflación galopante.

En esta Sudáfrica de 2010, en la que para gran parte de la población el wifi es algo completamente desconocido, la figura de un Pienaar como Steven, el volante creativo del equipo de fútbol, no reúne el mismo glamour ni la misma atracción que François Pienaar, el rubio capitán que olvidó los prejuicios raciales de su familia y los propios, para acudir a la cita de Mandela para entender cuán importante podía ser el deporte para terminar con una lacra.

En cambio, los sudafricanos no creen tanto en su equipo, que jugará en la misma zona con Francia, Uruguay y México, sino en el hecho de que vivir de cerca un Mundial será algo que retendrán para toda la vida, como repiten a cada instante la publicidades que invadieron la TV.

Por eso, también, la indignación popular con la exclusión del ídolo McCarthy, quien nos deslumbrara en tiempos de aquel Celta de Vigo de los Mostovoi, Karpin, Gustavo López y un técnico como Víctor Fernández.

Habrá que explicarles a los sudafricanos quién es Parreira, o en nombre de qué dirige a equipos exóticos luego de aburrir soberanamente con un Brasil que en 1994 se aprovechó de la extraña e inesperada despedida de la Argentina de Maradona y Basile.

No habrá demasiado interés en explicaciones pseudocientíficas. Por estos días, no sólo el Mundial sacude la modorra de los sudafricanos, aunque el exitismo crezca luego de que la TV repita, inuto a minuto, los cinco goles e los Bafana Bafana a los guatemaltecos. Parce que el Departamento de Inmobiliaria de Gauteng había prometido la construcción de casas para la población de Finetown, pero luego de los primeros diez meses, todo sigue igual por "falta de dinero para la obra", un escándalo que ya pasó a las mismas tapas de los diarios, y que comparte cartel con el bueno de Benny y con el antipático de Parreira. Y eso no lo cura ni el mismísimo Doctor Khumalo, aquel talento perdido que una vez se puso la camiseta de Ferrocarril Oeste y en Caballito le marcó un gol a Independiente.

1 comentario:

FI dijo...

Polémica la exclusión del gordito, pero bueno.

Sobre Sudáfrica, creo que califican a octavos y ya.