miércoles, 9 de junio de 2010

Esperando por Nigeria



Está casi todo dicho, desde la lona verde (el mismo color que la camiseta rival del sábado, la de Nigeria) que impide ver los seguros revolucionarios movimientos que planea el gran estratega Diego Armando Maradona en los entrenamientos del seleccionado argentino en la Universidad de Pretoria, a horas de su debut mundialista, hasta la apelación posible al 4-4-2 por parte del entrenador sueco Lars Lageback, que tratará de sacar petróleo defendiéndose ante uno de los rivales más temibles, pero que hasta hace meses temía a sus adversarios al punto de aislar a sus dos grandes delanteros, Lionel Messi y Gonzalo Higuaín, lejos de la línea de volantes.

Maradona, lo dijimos en sucesivas entrevistas con otros medios (Revista Nueva, Radio Nacional, Canal 7, agencia Reuters) parece haber aprendido sobre la marcha de su trabajo, algo que para nada es lo deseable y que habla a las claras de la enorme improvisación que hace años ya invade a la Argentina en todos los aspectos (un prestigioso científico afirmó esta semana que en las universidades argentinas se hace "pseudociencia"), pero en ese contexto, todo indica que el "diez" cruzó en diagonal para tratar de entender de qué va la táctica en un equipo, seguramente ayudado por dos asesores que no son precisamente los que aparecen sentados a su lado en el banco de suplentes y se encargan de llevar la bolsa con pelotas en los entrenamientos y gritan "vamo, vamo" a los jugadores.

Por el contrario, los dos asesores de Maradona se encuentran en Sudáfrica pero no ocupan lugares en la concentración de la Universidad de Pretoria, férreamente blindada a los periodistas, aunque se abrirá seguramente para la conductora televisiva Susana Giménez porque tal vez para Telefé o para ella no signifique mucho presupuesto pagar los cien mil euros que el ícono argentino pide por cada entrevista. Ahí se acaba el blindaje y todo pasa a ser posible.

Esos asesores son los que ya lo han llamado por teléfono antes del partido de marzo ante Alemania en Munich y uno de ellos, desafiando a la dirigencia de AFA, que lo odia, ha ingresado en el hotel del equipo, subió por el ascensor al piso de las habitaciones, y dialogó extensamente con el entrenador, tanto en cuanto a cómo parar la defensa como a temas relacionados con "hacer grupo", de lo que tiene una vasta experiencia, y ahora acaba de arribar a tierras sudafricanas con el mismo fin.

El sábado, todo indica, asistiremos al debut de un seleccionado cuyo entorno fue un tremendo despropósito, tal vez el mayor que se recuerde en los últimos años, superando con creces aquellos tiempos de las gorritas de Mastercard de los Basile's boys. Maradona y su troup le dijeron "bye bye" a esas épocas en las que, como nos decía hoy un conspicuo periodista de una agencia internacional muy experimentado, los planteles se vendían por un pedacito de pan y un chocolate. La cosa ahora tomó ribetes de gran negocio, como vender caras las entrevistas, pasar por debajo de la mesa la publicidad subrepticia de la marca de indumentaria rival a la que auspicia a la AFA, o tratar de organizar partidos amistosos bajo cuerda en países exóticos, eso sí, fumando habanos enviados por Fidel Castro o apareciendo al lado de la presidente en la presentación de "Fútbol para Todos" con lo que se ganó el cobijo del progresismo argentino.

Todo eso ya quedará sepultado desde el sábado cuando la pelota comience a rodar y saltará o no si Lionel Messi es argentino y ama a su país si luce o convierte, y será un extranjero o un desentendido si no aparece como se espera, aún sin mucha base cierta como para tener que esperar tanto si nada se le dio de lo que él necesita.

Pero la Argentina es incorregible, y no repara mucho en su rival, Nigeria, bastante ligada futbolísticamente en los últimos tiempos, al puinto de haber jugado cinco veces en los últimos dieciseis años. Es la misma selección a la que Argentina venció 2-1 en el Mundial de Estados Unidos, el día en el que el ahora técnico fue llevado de la mano por una enfermera, en Boston, para que le realizaran el control antidoping que lo marginaría del Mundial.

También es el mismo equipo que dos años después se quedaba con la medalla dorada en los Juegos de Atlanta aprovechándose de un mal padso en la jugada del offside de la defensa argentina en la última jugada, y es el mismo al que Argentina venció también en un debut mundialista, en Japón, con gol de Gabriel Batistuta, aunque poco serviría luego, cuando justamente perdería la clasificación ante los suecos de Lagerback, el mismo que ahora dirige a los nigerianos.

También esta Nigeria es la misma que cotejó en otra final ante Argentina, y ante Messi y Agüero en el Mundial sub-20 de 2005, cuando saltó a la fama Jon Obi Mikel, en el que se basaba su juego y ahora quedó marginado por una lesión. Y es la misma a la que Argentina venció 1-0 en la final de Pekín por la medalla dorada, con aquel sensacional gol de Angel Di María.

Esta Nigeria, a la que Argentina va a enfrentar, no tiene demasiado y a falta de Mikel, tampoco parece contar con su delantero Uche (Zaragoza) en plenitud, luego de una grave lesión en setiembre pasado, y sufrió muchísimo, como su rival sudamericano, para llegar a jugar este Mundial, luego de haber quedado eliminado de Alemania 2006, cuando ya su anterior generación de oro se había terminado.

Los nigerianos apenas si llegaron en la última fecha de la clasificación al Mundial al vencer a Kenia, y aprovechando la diosa fortuna de que su rival, Túnez, cayera sorpresivamente ante Mozambique. Ni siquiera el posterior tercer puesto en la Copa Africa de Angola sirvió para que permaneciera su entrenador, Shaibu Amodu, reemplazado entonces desde marzo por Lagerback.

El sueco percibe por este trabajo unos dos millones de dólares libres de polvo y paja, pero sin necesidad de recurrir a otras argucias. Se vale con su trabajo de corta duración para probar suerte en el Mundial y en el debut contra Argentina. Maradona comenzó un poco antes, pero su participación real, a los tumbos, es más reciente. Si hasta le dieron el título de DT sin necesidad de cursar.

Ya se sabe, Argentina es así.

1 comentario:

enrique dijo...

Brillante y descarnada la nota de Sergio, la verdad no la tendria que haber leido; asi por lo menos pasaba las ultimas horas de espera más tranquilo, aunque a decir verdad; debe ser el campeonato que con menos fé comienzo. La Diosa fortuna no sé si será Argentina, pero que la vamos a necesitar, eso SÍ, es seguro.