martes, 1 de julio de 2014

Alemania-Francia, un clásico en cuartos (Jornada)



                                             
                                                     Desde San Pablo

Muchos recordarán aquellas dos semifinales seguidas que protagonizaron en España 1982 y México 1986. Ambas dramáticas, cambiantes, con estilos totalmente distintos y jugadas inolvidables.

Francia y Alemania protagonizarán el próximo 4 de julio en el marco del estadio Maracaná, un gran partido de cuartos de final tras haber ganado ambos, no sin mucho esfuerzo, ante los dos rivales africanos, los últimos dos equipos de ese continente que seguían en el Mundial de Brasil.

Francia se impuso a primera hora por 2-0 ante Nigeria, aunque no le resultó nada fácil y tuvo que apelar en el segundo tiempo a todo lo que tiene para poder eliminar a las “Águilas Verdes”, con goles de Pogba y Yobó en contra, tras toque de Griezmann, a,bos en el segundo tiempo.

El equipo galo tuvo más dificultades para llegar hasta Enyeama, el buen arquero nigeriano, pero más allá de las circunstancias, parece que no ha sentido hasta ahora la falta de su máxima estrella, Frank Ribèry, porque sin él, se ha soltado más y llega de manera mucho más recta al arco rival, hasta con el talento emergente de Pogba, que aparece aunque con cierta irregularidad.

El que tuvo que sufrir demasiado, de manera impensada, fue Alemania, que no pudo ganarle a Argelia en los noventa minutos (empataron 0-0) en un partido alocado, de increíble cantidad de llegadas, aunque con tres veces más para los germanos sobre los africanos, que de todos modos no sólo plantaron cara a los europeos sino que lo hicieron con estética, con la gran figura de Feghouli, jugador del Valencia.

Alemania generó veintinueve (sí, usted leyó bien) situaciones de gol pero fueron conjuradas una y otra vez por el notable arquero argelino Rais, mientras que en otros casos, Tomas Müller, Andreas Götze y sus compañeros fallaron algunas definiciones muy propicias.

También se destacó el arquero alemán Neuer, aunque más que por atajadas, en este caso por llegar a tiempo a tres o cuatro pelotas como último hombre, bloqueando el contragolpe de los africanos.

Al comenzar el alargue, llegó el gol de Schurle, delantero del Chelsea, aunque el partido siguió con la misma tónica de ataque-contrataque, y sobre el final del tiempo suplementario, Mesut Özil puso el 2-0 y cuando parecía que todo estaba terminado, llegó en el final el descuento de Djabou, que pudo haber dado lugar a renovadas emociones, pero el tiempo, cruel, se encargó de apagarlas.

La buena noticia es que tendremos nuevamente un Alemania-Francia en una instancia decisiva de un Mundial, que nos retrotraen a aquel memorable partido de España 1982, cuando los germanos remontaron un 3-1 que parecía definitivo, y luego vencieron por penales a los “blues” con Platini, Giresse, Tigana, Genghini y Amoros, con el tremendo ingreso en el final de Karl Rumennigge.

O la siguiente semifinal en México, cuando los alemanes ganaban 1-0 con gol de Andreas Brehme, los franceses dominaron todo el partido, y en la última jugada, Rudi Vöeller se encontró con campo y pelota para un letal contragolpe y el 2-0 final, sin revancha para los “blues”.

Alemania y Francia nos invitan a otro clásico de primer nivel en pocos días en Río de Janeiro.




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