Desde Sao Paulo
Javier Mascherano apareció por la zona mixta con los
ojos rojos. No podía decir más de dos frases sin quebrarse. Lo reconoce: “Es el
momento soñado por todo jugador. Yo la vengo remando en la selección desde 2003
así que imaginate lo que significa para mí llegar a esta situación de una
final. Habrá que estar a la altura”.
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Esta vez se cerraron muy bien pero no
tuvieron tanto ataque.
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Es muy difícil tener un equilibrio
total, pero no nos llegaron nunca, ni Robben ni Van Persie, y eso parece que es
algo normal pero no lo es. Lo que pasa es que todos hicieron lo que había que
hacer.
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¿Y qué es lo que había que hacer?
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Lo que cada uno tenía encomendado hacer
y cuando eso sucede, como hoy, uno sabe que está por el buen camino. Yo estaba
totalmente seguro de mis compañeros y entonces, uno se siente bien en la
cancha.
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Sacó una a Robben que fue parecido a
meter un gol.
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Por suerte se paró un segundo que me dio
tiempo a tomar aire y poner el pie justo, y así quedé, maltrecho, pero seguí.
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¿Toman ustedes en cuenta que tanta gente
festeja ahora en todos loas rincones de la Argentina?
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Por supuesto. Es un triunfo para ellos
pero también para todos los que luchan alrededor de nosotros, para nuestras
familias, para los que trabajan cerca del cuerpo técnico.
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¿Qué es lo que no le duele?
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El corazón, el alma. Lo demás, todo.
Pero el corazón está feliz porque volvimos a meter a la Argentina ahí, donde
queríamos, nos ilusionaba, y porque estamos por jugar el partido más grande que
soñábamos.
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¿Desde cuándo soñaba con esto?
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No me acuerdo, y si lo soñé, lo soñé
como un sueño muy lejano, difícil de alcanzar, para serle sincero, porque jugar
otro Mundial lo veía lejos porque sé la dificultad, pero estamos ahí y vamos a
luchar, como lo hicimos hasta ahora, dejándolo todo, siendo inteligentes y
estando a la altura de representar a nuestro país y a nuestro fútbol, y que más
allá del resultado, la gente se sienta orgullosa de nosotros.
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Da la impresión de que Holanda no los
molestó
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Creo que los minimizamos bien. Sabíamos
donde estaban sus puntos fuertes y no les dimos chances. Les tapamos
perfectamente hasta las puntas. Fue un planteo inteligente, con jugadores que
quieren y piensan.
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Una pena no llegar tanto al arco rival…
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Pero tuvimos, ¿eh? Tuvimos tres o cuatro
y en una semifinal no vas a tener diez, once. Lo de Alemania ante Brasil fue
una excepción, pasa una sola vez en la historia. Sobre todo que estamos viendo
un Mundial muy igualado. Es cierto que no tuvimos tantas claras, pero no nos
desesperamos.
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¿Qué dijo en el entretiempo del alargue?
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Que estaba orgulloso de este equipo,
orgulloso de saber que habíamos estado a la altura y que era el destino el que
nos iba a poner donde teníamos que estar pero nosotros hicimos el trabajo que
teníamos que hacer.
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¿Cuánto se tarde en recuperarse de todo
esto?
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Veremos. Nunca lo viví, es mi primera
vez y seguramente será mi única. Después le contaré.
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Lo vimos tocado
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¿Y qué quiere que le diga? Es lo máximo
que le puede pasar a un jugador. Yo vivo para esto, me apasiona esto (se
quiebra, traga saliva, los ojos enrojecen) y estar en un lugar así y saber que
el domingo vamos a estar en los ojos del mundo, no es poca cosa.
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¿El equipo llega en el momento justo,
desde lo táctico, después de tantas variaciones?
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Yo creo que sí. Tácticamente, le pongo
un diez, igual que contra Bélgica. Quizá a la gente no le gusta y está
perfecto, pero a mí, dame este equipo. Yo estaba tranquilo en la cancha.
Corrimos todos, y bien, y cubrimos espacios. Y los habíamos visto a ellos
contra Costa Rica y generaron situaciones y como marcan con cinco, de difícil
llegarles y tienen una muy buena salida desde abajo, todo muy mecanizado, muy
Van Gaal y cerramos todo el circuito y contra una línea de cinco la única
manera de equipararlo es marcarlos con cinco.
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¿Alemania?
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Un gran equipo, un equipazo, pero
déjenme disfrutar ahora.
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