martes, 8 de julio de 2014

Sin Neymar, Brasil abre el paraguas (Jornada)



                                         Desde Belo Horizonte

Ya sin Neymar, que ni siquiera pudo permanecer en la concentración de Granja Comary porque la lesión vertebral le impide moverse y será preferible que haga reposo en su casa, la selección brasileña encara su partido de mañana a las 17 en el estadio Mineirao todavía impactada por la ausencia de su principal jugador, y con el paraguas abierto por los arbitrajes, con la política de considerarse víctima de poco menos que un contubernio de la FIFA.

En las últimas horas, el propio presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), José María Marín, trató de poner paños fríos a lo que se vino diciendo desde la entidad después de señalar que hubo “interpretaciones equivocadas” en algunos partidos, y debido a que aquel penal cobrado por un arrojo a la pileta de Fred en el partido inaugural ante Croacia, todavía se está pagando.

El diario “O Estado de Sao Paulo” va más allá e indica que la Comisión Técnica de la selección brasileña adjudica a la FIFA la idea de que el organismo mundial estaría jugado a que no se repita un “efecto Michael Schumacher” en el fútbol y mucho menos en los mundiales, algo que podría ocurrir si Brasil se cortara solo con seis títulos en el caso de ganar éste en su casa y que entonces por eso, hay arbitrajes más permisivos hacia otros equipos y no se castiga igual a otros rivales.

En cambio, este medio recuerda con cierta nostalgia los tiempos de Ricardo Texeira, el ex yerno del ex presidente de la FIFA, Joao Havelange, quien en sus tiempos no tuvo las mismas dificultades arbitrales y muy por el contrario, gozó de favores importantísimos como en Estados Unidos 1994 o en Japón-Corea 2002.

Hoy, los medios dan a entender el escaso peso específico de Brasil en la FIFA con la salida de Texeira y los problemas políticos que tuvo la FIFA con el gobierno de Dilma Rousseff antes de comenzar el Mundial.

Para sostener el argumento de los arbitrajes en contra, los allegados al plantel brasileño también se toman de la sanción de FIFA, luego ampliada, al vocero de Prensa Rodrigo Paiva, por agresión al delantero chileno Mauricio Pinilla, en el camino a los vestuarios tras el partido de octavos de final.

Siguiendo la línea de Marín, de la CBF, ahora Luiz Felipe Scolari, el entrenador de la selección brasileña, optó ayer en la conferencia de prensa previa a la semifinal ante Alemania, por no hablar mal del árbitro del partido, el mexicano Marco Antonio Rodríguez, el mismo que no vio la mordida del uruguayo Luis Suárez al italiano Giorgio Chiellini.

“Sí el no lo vio, hay que creerle”, dijo Scolari, convertido de repente en un ferviente creyente en la conducta arbitral, luego de defenestrar uno a uno a todos los jueces que dirigieron a su equipo, como cuando tras el empate ante México preguntó a los periodistas si nadie le iba a consultar por algún penal concedido a su equipo.  “¿Cómo? ¿Hoy no hay penales para Brasil?”, preguntó con sorna, antes de pararse y retirarse de la sala.

Por su parte, el entrenador alemán Joakim Low se refirió a la dureza del partido de cuartos de final entre Brasil y Colombia. “Casi no se jugó, fue muy violento y me sorprendió”, dijo el germano.

Scolari no quiso dar el equipo aunque dijo que ya lo tiene en la mente, y por lo tanto persiste la duda sobre quién reemplazará a Neymar, si Paulinho, para completar un mediocampo más defensivo junto a Luiz Gustavo, o Hernanes, o Willian, mientras que Dante, jugador del Bayern Munich, tiene todos los boletos para reemplazar a Thiago Silva, suspendido por doble amarilla.

Ronaldo Nazario, ex goleador y campeón mundial en 2002, parece haber dicho las cosas con más equilibrio. “Hay que saber jugar sin Neymar. Brasil nunca dependió de un jugador. Ni siquiera de Pelé”.

Eso sí, Neymar jugó 25 de los 27 partidos con Scolari de entrenador. ¿Habrá un Plan B al nivel del anterior?


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