jueves, 25 de junio de 2015

Chile fue el único que quiso jugar, y es semifinalista (Jornada)



DESDE SANTIAGO DE CHILE


La selección chilena dio otro paso más hacia la final de la Copa América al vencer con total justicia por 1-0 a la uruguaya con gol de Mauricio Isla pero si uno se queda con la foto del final, podría engañarse.

Es que el gol chileno llegó recién al minuto 35 del segundo tiempo, luego de una enorme resistencia del vallado defensivo que impuso el director técnico uruguayo Oscar Tabárez, que si bien nunca defendió esta línea filosófica, era consciente de que este seleccionado actual no es aquel del Mundial 2010 ni el que ganó la Copa América en 2011.

Conociendo estas falencias técnicas, Tabárez optó por dos líneas de cuatro que taparan las llegadas del dinámico equipo chileno, que descansaba en dos ejes, el de la salida de Arturo Vidal y el del gran pasador Jorge Valdivia, un diez clásico que juega entrelíneas pero que anoche, en el Estadio Nacional, no encontraba receptores con espacios por la férrea marca uruguaya por arriba y por abajo, en lo que se destacan sus jugadores desde siempre.

Claro que para Uruguay eso era muy limitado, con un solo volante en condiciones de sumarse al ataque o rematar (tuvo un par de oportunidades probando desde afuera), Carlos Sánchez, el jugador de River Plate.

Arriba, poco pudieron hacer Edinson Cavani y Diego Rolan, muy lejos de sus compañeros. Lo extraño es que el segundo tuvo una gran chance en los primeros cinco minutos, cuando una mala salida del arquero Claudio Bravo generó que pudiera quedar frente a él pero remató apuntando a su cuerpo.

Desde allí, fue casi un monólogo chileno hasta los 35 minutos del segundo tiempo, sin poder traspasar la defensa celeste, hasta que llegó el punto de quiebre cuando fue expulsado Cavani por doble amarilla y ya a Uruguay todo le costó demasiado con un jugador menos.

Párrafo aparte para la expulsión de Cavani: la provocación de Jara, máxime sabiendo la situación del delantero uruguayo con su padre y su estado de ánimo, es éticamente insostenible. Merece una suspensión de una fecha, de oficio por la Conmebol.

Por esos instantes, promediando el segundo tiempo, el director técnico de Chile, el argentino Jorge Sampaoli, determinó la entrada de Matías Fernández y Mauricio Pinilla por Marcelo Díaz y Eduardo Vargas, para profundizar el ataque, ya en ese momento con dos ejes y tres delanteros, y así es como casi por insistencia, y ante una salida obligada del arco de Fernando Muslera en un centro, la pelota le quedó a Isla, que con un remate seco y al palo izquierdo, por fin pudo marcar la diferencia.

Quedaba muy poco, David Pizarro entró para robustecer el medio chileno, y aunque Tabárez hizo entrar al joven Jonathan Rodríguez, las chances de empatar eran escasas y para peor, sobre el final también fue expulsado el lateral Jorge Fucile por doble amarilla, y en ese momento, las protestas de los jugadores uruguayos generaron un clima de tensión por varios minutos pero ya no había nada que hacer.

Chile logró pasar a semifinales, y ahora espera por el ganador del partido de esta noche, en Temuco, entre Perú y Bolivia.

En días de smog, la selección chilena va despejando el camino hacia la final, en búsqueda de una Copa que aún no pudo ganar.


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