DESDE SANTIAGO DE CHILE
La selección chilena dio otro paso más hacia la
final de la Copa América al vencer con total justicia por 1-0 a la uruguaya con
gol de Mauricio Isla pero si uno se queda con la foto del final, podría
engañarse.
Es que el gol chileno llegó recién al minuto 35 del
segundo tiempo, luego de una enorme resistencia del vallado defensivo que
impuso el director técnico uruguayo Oscar Tabárez, que si bien nunca defendió
esta línea filosófica, era consciente de que este seleccionado actual no es
aquel del Mundial 2010 ni el que ganó la Copa América en 2011.
Conociendo estas falencias técnicas, Tabárez optó
por dos líneas de cuatro que taparan las llegadas del dinámico equipo chileno,
que descansaba en dos ejes, el de la salida de Arturo Vidal y el del gran
pasador Jorge Valdivia, un diez clásico que juega entrelíneas pero que anoche,
en el Estadio Nacional, no encontraba receptores con espacios por la férrea
marca uruguaya por arriba y por abajo, en lo que se destacan sus jugadores
desde siempre.
Claro que para Uruguay eso era muy limitado, con un
solo volante en condiciones de sumarse al ataque o rematar (tuvo un par de
oportunidades probando desde afuera), Carlos Sánchez, el jugador de River
Plate.
Arriba, poco pudieron hacer Edinson Cavani y Diego
Rolan, muy lejos de sus compañeros. Lo extraño es que el segundo tuvo una gran
chance en los primeros cinco minutos, cuando una mala salida del arquero
Claudio Bravo generó que pudiera quedar frente a él pero remató apuntando a su
cuerpo.
Desde allí, fue casi un monólogo chileno hasta los
35 minutos del segundo tiempo, sin poder traspasar la defensa celeste, hasta
que llegó el punto de quiebre cuando fue expulsado Cavani por doble amarilla y
ya a Uruguay todo le costó demasiado con un jugador menos.
Párrafo aparte para la expulsión de Cavani: la
provocación de Jara, máxime sabiendo la situación del delantero uruguayo con su
padre y su estado de ánimo, es éticamente insostenible. Merece una suspensión
de una fecha, de oficio por la Conmebol.
Por esos instantes, promediando el segundo tiempo,
el director técnico de Chile, el argentino Jorge Sampaoli, determinó la entrada
de Matías Fernández y Mauricio Pinilla por Marcelo Díaz y Eduardo Vargas, para
profundizar el ataque, ya en ese momento con dos ejes y tres delanteros, y así
es como casi por insistencia, y ante una salida obligada del arco de Fernando
Muslera en un centro, la pelota le quedó a Isla, que con un remate seco y al palo
izquierdo, por fin pudo marcar la diferencia.
Quedaba muy poco, David Pizarro entró para
robustecer el medio chileno, y aunque Tabárez hizo entrar al joven Jonathan
Rodríguez, las chances de empatar eran escasas y para peor, sobre el final
también fue expulsado el lateral Jorge Fucile por doble amarilla, y en ese
momento, las protestas de los jugadores uruguayos generaron un clima de tensión
por varios minutos pero ya no había nada que hacer.
Chile logró pasar a semifinales, y ahora espera por
el ganador del partido de esta noche, en Temuco, entre Perú y Bolivia.
En días de smog, la selección chilena va despejando
el camino hacia la final, en búsqueda de una Copa que aún no pudo ganar.
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