DESDE CHILE
Otra vez, como en la Copa América de 2011 en
Argentina, la selección paraguaya eliminó a la brasileña, por penales y en la
misma instancia de cuartos de final. Con algunos jugadores diferentes, con el
remanente de la generación pasada, otra vez con Justo Villar en el arco, y con
Roque Santa Cruz y Nelson Haedo Valdez adelante.
Todo parece repetirse. La alegría para esta
selección paraguaya dirigida ahora por el entrenador argentino Ramón Díaz, y la
pesadilla para este extraño Brasil en el que Dunga regresa al triste banco para
“asegurar” resultados como si alguien pudiera garantizarlos.
Está claro que no y que no se trata de buscar
cambiar rápidamente el desastre del Mundial de 2014 sino de encontrar para eso
una idea, y este Brasil tiene buenos jugadores, pero ningún crack que
desequilibre como en tiempos pasados.
Fue un partido parejo el del sábado en Concepción,
en el que Brasil consiguió el gol enseguida por una muy buena combinación entre
Elías, Daniel Alves, y su centro desde la derecha para que Robinho empujara la
pelota a la red sin dificultades.
Parecía que Brasil lo resolvería desde ese momento,
teniendo la pelota y jugándola para que los minutos pasaran, pero en el segundo
tiempo sufrió demasiado los embates de Paraguay, que sabe jugar muy bien con
los centros aéreos y los cabezazos, hasta que de tanto insistir, en el minuto
70 llegó el empate cuando un centro desde la derecha encontró la mano de Thiago
Silva dentro del área cuando ya iba a cabecear Santa Cruz.
El penal lo ejecutó Derlis González, con potencia,
el partido quedó empatado y desde ese momento, todo fue diferente y mucho más
atractivo, porque los brasileños fueron decididamente a buscar el triunfo, aunque
sin tanta claridad, mientras que los paraguayos no se quedaron atrás y
contragolpearon las veces que pudieron, y el partido se hizo dinámico y mucho
más atractivo.
El equipo paraguayo hizo algo parecido al partido de
la fase de grupos con Argentina en La Serena, que es partir el medio y apostar
a un ida y vuelta que le había resultado positivo y así como ante los de Lionel
Messi perdía 2-0 y lo empató, ahora también conseguía la igualdad con un
sistema parecido y con la sensación de
que tal vez si el partido continuaba unos minutos más, lo podía haber ganado.
“No tuvimos suerte pero tampoco supimos resolverlo
en los noventa minutos y nuestra producción fue de mayor a menor en el partido.
Nos fuimos quedando y ellos también presionaron mucho con centros y remates
desde lejos y no tuvimos respuesta. Esta eliminación en cuartos de final es un
duro golpe porque nos habíamos ilusionado con ganar esta Copa pero será en otra
oportunidad”, dijo Roberto Firmino al poco tiempo de finalizar el partido.
El mayor problema de Brasil fue la creación en el
medio. En eso, hay una coincidencia generalizada en que no parece encontrar
jugadores de talento para la creación. Son buenos jugadores, pero no establecen
una diferencia como en otros tiempos, y lo mismo sucede en el ataque, que no
tiene una gran capacidad de gol.
Por el lado de Paraguay, si bien Ramón Díaz no contó esta vez ni con
Lucas Barrios en el ataque ni con el lesionado Néstor Ortigoza en el medio, el
planteo pareció acertado y en especial, lo realizado en el segundo tiempo
cuando el equipo se soltó y se fue hacia el arco de Jefferson, de muy buena
actuación.
Ya luego en la definición por penales, comenzó
convirtiendo Fernandinho para Brasil, empató Oscar Martínez, y luego Everton
Ribeiro, que había ingresado en el segundo tiempo, falló el suyo rematando
afuera, y Víctor Cáceres aprovechó para poner en ventaja a Paraguay 2-1. Desde
ese momento, ya Brasil nunca más pudo volver a la ventaja.
Empató Miranda 2-2 pero Bobadilla volvió a convertir
para el 3-2 y Douglas Costa falló su penal. Santa Cruz tuvo entonces la chance
del triunfo pero sorpresivamente elevó su remate, empató parcialmente Felipe
Coutinho pero Derlis González definió la serie 4-3 con su último remate.
Ahora Paraguay deberá volver a enfrentar a Argentina,
con la que empató 2-2 en el debut de esta Copa en la fase de grupos en La
Serena, por una de las semifinales, el próximo martes en Concepción, mientras
que el lunes jugarán Chile y Perú, por la otra semifinal.
Otro dato destacado de esta semifinal de la Copa
América es que los cuatro entrenadores son argentinos: Ricardo Gareca (Perú),
Jorge Sampaoli (Chile), Gerardo Martino (Argentina) y Ramón Díaz (Paraguay).
“Es una gran alegría para el pueblo paraguayo.
Nosotros fuimos tomando fuerza en la medida que pasaron los partidos y nos
fuimos convenciendo de que se podía llegar hasta donde finalmente llegamos y si
ya le empatamos una vez a Argentina, ¿por qué no pensar en pasar a la final?”,
se preguntó Nestor Haedo Valdez tras el partido.
De los cuatro seleccionados que han quedado en la
Copa América, tres ya la han ganado anteriormente y sólo Chile no conoce el
éxito. Perú y Paraguay consiguieron salir campeones en los años setenta y
Argentina, que la ganó 14 veces (Uruguay es el que más títulos tiene, 15), no
lo consigue desde Ecuador 1993, que además es su último título con la selección
mayor.
Paraguay sólo perdió un partido en las dos últimas
Copas América, la final de Argentina 2011 ante Uruguay, y ha retornado a los
primeros planos internacionales luego de quedar fuera del Mundial de Brasil
2014.
“Creo que planteamos muy bien el partido y nuestro
estado físico es muy bueno y por eso pudimos mantener la pelota lejos de
nuestro arco en el segundo tiempo. Eso fue clave para que no sufriéramos a
Brasil, que siempre tiene buenos equipos y jugadores de calidad”, dijo Ramón
Díaz, que consideró a su rival del martes por la semifinal, el equipo
argentino, como “el mejor del mundo, con el mejor jugador del mundo en sus
filas, Lionel Messi, pero haremos todo lo posible por ganar y ser finalistas el
sábado en Santiago”.
Brasil será local en la próxima Copa América
prevista para 2019.
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