Desde Moscú
Acaso la noticia que más interesa para los
argentinos sea que ya no habrá posibilidad de que la Selección juegue, en
Rusia, una final ni contra Alemania (ya eliminada), ni contra Brasil, porque
vienen por la misma llave y deberán eliminarse, en el caso de que ambas
lleguen, en semifinales, y como tampoco podrá enfrentar a Italia, que ni
siquiera participa, ya la definición clásica quedaría para Inglaterra o España.
A primera hora de la tarde de ayer llegó la primera
situación ilógica, que se suma a tantas rarezas de este Mundial, por ahora,
exótico. Fue cuando la selección alemana quedó sorpresivamente eliminada en
primera fase del Mundial tras haber sido campeona en 2014 en la recordada final
ante Argentina en el Maracaná.
Alemania no podía vencer a Corea del Sur pese a
haberle ganado sobre la hora a Suecia y con todo a favor para pasar: rival
accesible, depender de sí misma, el empuje anímico por aquel gol sobre la hora
de Toni Kroos en la segunda fecha ante los rubios nórdicos.
Pero a este equipo germano le faltó precisión y algo
más de creatividad. Los nervios jugaron su partido, no podía llegar el primer
gol y cerca del final, en cambio, Corea pudo marcar dos, a través de Son
Heungmin y Kim Younggwon, con el arquero alemán Manuel Neuer, tal su
característica, adelantado hasta casi la mitad de la cancha buscando marcar la
diferencia.
Se trató de un pobre equipo alemán, con jugadores
muy lejos de su nivel (como Tomas Müller) y la notable e inentendible ausencia
de su delantero más hábil, Leroy Sané, luego de una excelente fase de
clasificación y siendo una de las grandes potencias del momento, si bien en el
sorteo del Mundial, en diciembre, el director técnico argentino Jorge Sampaoli
había manifestado que no le gustaba como jugaba Alemania y su cr{itica fue
tomada casi a broma.
México, que cayó por un abultado 3-0 ante Suecia,
será el rival de Brasil en Samara, el 2 de julio, por los octavos de final,
mientras que Suecia se medirá con Suiza, por la otra llave, el 3 de julio en el
Zenit Arena de San Petersburgo.
En el segundo turno, Brasil, otra vez sin deslumbrar
pero con mucha superioridad, se impuso 2-0 a Serbia en el estadio del Spartak
de Moscú con goles de Paulinho en el primer tiempo y de Thiago Silva, de
cabeza, en el segundo, y esto le alcanzó para mantener el liderazgo del Gripo E
y en el otro partido, en Nizhny Novgorod, Suiza apenas si pudo empatar 2-2
contra Costa Rica, y de esta manera, alcanzó el segundo lugar y tal como en
Brasil 2014, consiguió pasar a los octavos de final con una buena generación de
futbolistas.
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