Desde Moscú
Mañana, por fin, será el “Día D” de la selección
nacional, que iniciará su camino en el Mundial de Rusia cuando a las 16 horas
locales (10 de la Argentina) enfrente en el estadio del Spartak a la debutante
Islandia por el Grupo D.
Una nueva ilusión se abre para el representativo
nacional dirigido por Jorge Sampaoli y con apenas ocho jugadores que permanecen
desde el pasado Mundial de Brasil 2014, una muestra cabal del cambio
generacional producido en cuatro años, aunque desde el medio hacia adelante se
mantiene la base mayor, en tanto que entre la defensa y los tres arqueros, tan
sólo Marcos Rojo integró el plantel anterior que acarició el título al caer en
la final del estadio Maracaná ante Alemania por 1-0 en tiempo extra.
Será la cuarta oportunidad mundialista para el mejor
jugador del mundo, Lionel Messi, quien apenas si pudo jugar unos pocos partidos
siendo muy joven en Alemania 2006, tuvo una buena actuación pero no marcó goles
en Sudáfrica 2010 y alcanzó la madurez en Brasil 2014 aunque nunca tuvo la compañía
necesaria para desarrollar su juego, ni un sistema táctico que lo respaldara.
Se trata de un equipo extraño porque una buena
cantidad de argentinos lo relacionan con la derrota cuando en tres años
consecutivos, estos jugadores han podido llegar a tres finales consecutivas, la
primera del Mundial y las otras dos, de Copa América, pero no los ha podido
ganar y ahora aparece esta cuarta oportunidad, si bien tampoco pudo realizar
una preparación adecuada porque tuvo tres cambios de director técnico en un
ciclo de cuatro años (De Alejandro Sabella a Gerardo Martino, luego Edgardo
Bauza y finalmente, hace un año, Jorge Sampaoli.
Este equipo tuvo enormes contratiempos durante estas
últimas semanas, como no haber jugado ningún partido amistoso de preparación
desde el 29 de mayo, cuando goleó a la limitada Haití por 4-0 en la Bombonera,
al no aprovechar la primera fecha FIFA y cancelar el partido amistoso de la
segunda ante Israel en Jerusalén, por amenazas relacionadas con cuestiones de
política de Oriente Medio.
Sumado a esto, se lesionaron desde el inicio de la
preparación desde fines de mayo dos jugadores que parecía que serían titulares
como el arquero Sergio Romero y el volante ofensivo Manuel Lanzini. Nahuel
Guzmán ocupó el lugar de Romero y Enzo Pérez hizo lo propio con Lanzini.
Se trata de un equipo con un enorme poderío
ofensivo, uno de los mejores del planeta, y por eso es su punto fuerte, pero
con muchas dudas en el medio, especialmente en la contención, donde la dupla
Javier Mascherano-Lucas Biglia como dos centrales suena demasiado lenta para
este tiempo, al contrario de la enorme eficacia en Brasil 2014, sumado a una
inexperta defensa y a tres arqueros casi sin partidos de celeste y blanco.
También el esquema original de Sampaoli fue variando
demasiado con el tiempo, y de aquel pregonado ultra ofensivo 3-2-2-3, con un
cuadrado en el medio con dos volantes de contención y dos de ataque y tres
delanteros (dos punteros y un nueve) se fue transformando con el tiempo y por
influencia de los jugadores (que le cantaban “vamos a ser felices los cuatro”,
en referencia, con la canción de moda, a que querían atrás a cuatro defensores
en el esquema) en un 4-2-3-1, con dos laterales y dos centrales atrás, a la
usanza clásica, un doble cinco, y tres volantes ofensivos (Lionel Messi, el del
medio) por detrás de Sergio Agüero.
Tras los últimos entrenamientos en el Bronnitsy
Trainning centre, a una hora y media de Moscú, Sampaoli fue delineando este
equipo: Willy Caballero; Eduardo Salvio, Nicolás Otamendi, Marcos Rojo, Nicolás
Tagliafico; Lucas Biglia, Javier Mascherano; Maxi Meza, Lionel Messi, Ángel Di
María; Sergio Agüero.
Como Islandia es un rival de más potencia que fútbol
y más despliegue que técnica, aunque no se puede negar su enorme mérito de
haber eliminado a Inglaterra en la pasada Eurocopa de Francia o de haber
relegado a Croacia (también rival del Grupo D en el Mundial) al repechaje para
llegar a Rusia, Sampaoli optó por dos laterales de salida rápida y por abajo
que se sumen rápido a los volantes, por
lo que en función ofensiva, Mascherano se retrasará con los dos centrales y
Biglia permanecerá en el medio junto a los laterales Salvio y Tagliafico.
Desde el medo hacia arriba, la idea principal es
tratar de recuperar la pelota lo más cerca posible del arco rival, porque de
esa manera Messi deberá correr un tramo mucho menor y eso lo obligará a un
esfuerzo mucho menor.
En la formalidad, sólo resta un entrenamiento que se
producía a las 11 de Moscú, las 5 de la mañana argentina, en el Bronnitsy
Trainning Centre, para que a las 19 (13 de la Argentina) comparezcan en
conferencia de prensa en el estadio Spartak (sede del partido), Sampaoli y tal
vez un jugador (aunque puede ocurrir como en Brasil 2014, que la AFA prefería
pagar una multa pero no permitir que los jugadores se expresen horas antes
aunque la FIFA lo obligue.
El árbitro del partido entre Argentina e Islandia
será el polaco Szymon Marciniak, de 36 años, y con vasta experiencia en
partidos decisivos de UEFA pero debutante en los mundiales de fútbol, en una
controvertida decisión del Comité Arbitral de la FIFA porque generalmente, no
se suele designar a jueces de un país de la misma confederación continental de
uno de los dos equipos rivales en un partido, y en este caso, se trata de un
árbitro europeo para un encuentro entre un europeo y un sudamericano.
¿Será por fin el Mundial de Messi? Ya queda muy poco
para saberlo.
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