Desde Moscú
Fueron días horribles para la selección argentina.
Justo cuando muchos creen que es la última gran oportunidad de ganar un Mundial
para Lionel Messi, quien va a cumplir 31 años el próximo 24 de junio, el equipo
que dirige Jorge Sampaoli tuvo una infinidad de problemas graves, de los que
nadie sabe si se podrá sobreponer cuando el 16 de junio debute ante Islandia
por el Grupo D.
Antes de partir hacia Europa en los entrenamientos
en el predio de la AFA en Ezeiza, se lesionó Sergio Romero, el arquero titular
en los últimos dos Mundiales, y aunque él
cree que llegaba a recuperarse a tiempo, el cuerpo técnico directamente
lo sacó del equipo, generando un mal clima general. Desde ese momento, el que
se perfila como titular es Willy Caballero, suplente en el Chelsea y con menos
de diez partidos en el arco albiceleste.
Tras un amistoso en Buenos Aires ante la débil Haití
(4-0), la selección argentina partió para prepararse en la Ciudad Deportiva del
Barcelona, sin hacer declaraciones a la prensa, y apenas a los tres días de
llegar, canceló una visita al Vaticano pese a la invitación del Papa Francisco,
además su compatriota. La AFA argumentó que hacía un mes ya había advertido que
tenía problemas de agenda.
Horas más tarde, canceló también su único partido
amistoso previo al Mundial, el del sábado 9 de junio ante Israel, debido, según
Claudio Tapia, el presidente de la AFA, a amenazas que recibieron los jugadores
de movimientos pro-palestinos, en desacuerdo con jugar en la ciudad a la que el
presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, decidió llevar su embajada, al
considerarla capital del país hebreo.
Tapia argumentó que la decisión fue tomada “para
preservar a nuestros jugadores” y consideró que esto “contribuye a la paz
mundial”, aunque uno de los socios de la empresa organizadora del partido voló
a Suiza para tratar de bloquear que la selección argentina jugara el Mundial
“por daño religioso”.
Cuando parecía que todo quedaba atrás y se volvía a
hablar de fútbol, en el último entrenamiento en Barcelona antes de viajar a
Rusia para concentrarse en la pequeña localidad de Bronnitsy, a una hora de
Moscú, se lesionó, también solo, Manuel Lanzini. El volante del West Ham tenía
muchas probabilidades de ser titular jugando al lado de Messi, pero quedó
marginado del Mundial y a último momento fue reemplazado por Enzo Pérez, quien
fuera titular en la final de Brasil 2014 ante Alemania.
Con todos estos problemas y muchas dudas en todas
las líneas, los hinchas argentinos se encomiendan a la magia de Messi y que los
que lo rodean sepan acompañarlo lo mejor posible, pero no hay una buena
sensación de equipo.
El probable ante Islandia: Caballero; Mercado o
Salvio, Otamendi, Rojo, Tagliafico; Lo Celso, Mascherano o Biglia; Meza, Messi;
Di María, Agüero o Higuaín.
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