Desde Barcelona
Desde la organización del partido, a cargo de Dany
Benaim, como desde el Ministerio de deportes de Israel se realizan en este
momento febriles negociaciones con el presidente de la AFA, Claudio Tapia, en
la sede del hotel en el que se encuentra concentrada aquí la selección
argentina, con miras de que la entidad del fútbol argentino reconsidere su
decisión y el partido se juegue este sábado como estaba previsto.
La empresa organizadora del partido envió a un
argentino, Ariel Rubber, hombre importante de la entidad y muy cercano a Jorge
Messi, padre de Lionel, para tratar de convencer a Tapia y a los jugadores para
que el partido previsto para este sábado 9 se juegue tal como estaba estipulado
y hasta no descartan aceptar un cambio de ciudad hacia Tel Aviv o Haifa si eso
es lo que desean los argentinos.
El argumento mayor que esgrimen desde la AFA es que
el partido tiene riesgos por amenazas que sectores pro-palestinos vertieron
sobre el plantel y especialmente sobre Messi, en el caso de asistir el sábado
al estadio Teddy, en Jerusalén, para disputar allí el amistoso ante la
selección local.
Se baraja también la idea de jugar dos amistosos en
vez de uno, en 2018 y 2019, pero siempre después del Mundial y no antes, y hay
muchas cuestiones de logística que resolver, como la devolución de las entradas
a los que las hayan comprado (se llegaron a revender a valores cuatro o cinco
veces mayores que el costo oficial porque hubo 600.000 demandas para 30.000
plazas en el estadio) o cómo reemplazar este partido por otro, en el Camp Nou,
y ante un rival de Europa del Este, San Marino o Malta, aunque no parece nada
sencillo.
Desde Israel, el Ministerio de deportes ha hecho
oficial esta negociación en Barcelona con la delegación futbolística argentina.
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