domingo, 24 de junio de 2018

El reto de Tapia y la sordina de Mascherano (Jornada)




                                                 Desde Moscú



Por fin, después de tantos días de bocas cerradas y silencio de radio, habló la selección argentina. La misma que se fue, en fila india, y mirando a la cara a los periodistas de medios radiales y escritos parados detrás de la cuerda de la zona mixta del estadio de Nizhny Novgorod, pero sin decir nada, ni siquiera pedir disculpas y argumentar que no se tiene ganas de decir nada.

La selección argentina, ahora, mordíó el polvo de la necesidad de aclarar, porque cayó en la propia trampa que fue imponiendo su propio sistema, el de dirigirse sólo a los grandes medios, a la TV, a los únicos que le interesan, y ese monstruo que ellos mismos inventaron, fue el encargado principal de las “fake news” de ayer, en un frenético ir y venir de versiones antojadizas que mucha gente compraba en la Argentina como el pan y la leche.

Cuando hay silencio, cuando no se manifiesta un pensamiento, una idea, un concepto, como ocurre con los jugadores de la selección argentina desde hace años, se da lugar a este tipo de jueguitos, como los de los famosos “periodistas de guardia”, en la puerta del Bronnitsy Trainning Centre, para ir transmitiendo, cual relato de un partido, que ahora parece que están todos peleados, o distanciados, o que el grupo está partido, o que se quiere auto gestionar. Todo vale si mide algunos puntos de rating.

Y luego, como ocurrió en la mañana de Bronnitsy, tienen que aparecer Javier Mascherano, líder conceptual de esta selección para poner los puntos sobre las íes, que pudieron estar mucho antes si la relación con los medios fuera normal, y para sostener, desde el sentido común, que el “ruido” generado alrededor de la Selección “no ayuda” y que desde Buenos Aires hay un personaje “nefasto” (refiriéndose a un director técnico que aparece de manera continua en los medios, desde Buenos Aires, con versiones como la de una supuesta pelea a golpes de puño entre Mascherano y Cristian Pavón.

Lo que sostiene Mascherano suena correcto: los jugadores sólo pueden controlar lo controlable y no pueden estar respondiendo a cada versión, pero también es cierto que si sumamos los días de concentración y preparación previa para el Mundial, es escasísimo el tiempo total destinado a la prensa y eso lo corrobora cualquiera de los colegas de los medios extranjeros que siguen al equipo nacional ya desde Barcelona y ahora en el Mundial.

También Mascherano refleja la relación entre el plantel y el director técnico, Jorge Sampaoli, que en ningún momento define como perfecta, pero también aclara que las sugerencias son parte de una relación lógica entre jugadores y entrenador en cualquier equipo, y no por eso es que quieran ellos mismos gestionar el equipo.

No es que todo sea para tirar manteca al techo y nos consta, por diálogos que hemos mantenido con algunos actores, que la relación entre jugadores y el DT es distante y no sólo de parte de ellos, que le critican varios aspectos de su trabajo, sino también en sentido contrario, por las formas de conducirse el grupo.

Sampaoli no parece confirmar tampoco a la AFA pese al dinero invertido en su contratación y en las condiciones que se fijaron para el trabajo, pero eso no significa que Jorge Burruchaga, el manager, estuviera a punto de dirigir este martes.

En este sentido, el presidente de la AFA, Claudio Tapia, también tomó la palabra en Bronnitsy para afirmar que los periodistas “mienten” en cuanto a lo que ocurrió ayer con las distintas versiones y pidió “ayuda” en cuanto a difundir primicias como la formación del equipo antes de tiempo, lo que puede “perjudicar”.

Otra vez, la sensación es que Sampaoli pone a todos en la misma bolsa, porque no son tantos medios escritos o radiales, que hacen un enorme esfuerzo para estar en el Mundial, los que mienten o echan a correr versiones, audios y videos, sino justamente aquellos poderosos que necesitan estar 24/7 en la puerta del centro de entrenamiento a ver si encuentran algo y este tipo de crisis es muy vendedora.

Hace dos décadas o más, no había tantos canales temáticos de cable transmitiendo en vivo todo el día, ni tampoco whatsapp para difundir audios y videos, pero aquellos encargados de difundir los rumores que luego encuentran la crisis son los mismos a los que Tapia y los jugadores hablan de manera exclusiva.

Entonces, acaba pasando como aquella publicidad que decía “no se queje si no se queja”. Si sólo interesan esos medios de las guardias, los rumores y el humo, luego tengan la deferencia de aceptar que era un método equivocado y hablen con todos, o sigan en silenzio stampa, pero no pueden hacerse los desentendidos y descubrir ahora cómo operan esos medios, aunque les puedan pedir que colaboren.

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