lunes, 4 de junio de 2018

Zidane tenía muchos motivos para irse del Real Madrid (Yahoo)




La renuncia de Zinedine Zidane como entrenador del Real Madrid fue una de las noticias de más alto impacto de los últimos tiempos, acaso porque el gran público no lo esperaba y porque todo indicaba que el equipo marchaba hacia aumentar las conquistas en uno de los ciclos más exitosos de su historia.

Sin embargo, no puede decirse que para el interior del club, para el día a día que manejan los más altos dirigentes, el propio Zidane y su cuerpo técnico, y los jugadores, esta noticia haya sido inesperada. A lo sumo, la decisión final pudo haberse acelerado ante alguna discusión entre las partes, pero era claro que el panorama para la próxima temporada no parecía nada fácil para los blancos, y el francés, con gran sentido de la oportunidad, lo explicitó en la dura conferencia de prensa de su salida del club.

Allí, en Valdebebas, ante la postura casi depresiva del presidente Florentino Pérez, más acostumbrado a despedir gente (ya sea en sus poderosas empresas como en el club) que a que alguien le comunique que se va, Zidane explicó, además, algo que el mandatario blanco jamás tolerará y es que para él lo más importante como entrenador, lo que le da sustento al cargo, lo que determina si tuvo éxito real o no, es la Liga, y no la Champions League, contrariamente a lo que todo el madridismo esgrimió en la temporada.

Es que Zidane, aunque francés, es como entrenador un producto italiano, de la Juventus, donde brilló y aprendió los fundamentos tácticos que aplicó en estos años, y sin dudas el torneo de la regularidad es la Liga, lo que indica si un equipo pudo tener un rendimiento sostenido y no la Champions, en la que el Real Madrid, como nunca, fue una máquina de aprovechar errores ajenos.

Pese a que lleva tan sólo dos años y medio como entrenador profesional y su primera experiencia fue nada menos que el Real Madrid, Zidane ya parece haber aprendido mucho. Su manejo con la prensa fue exquisito, y todos sus jugadores de la plantilla menos uno –Gareth Bale-lo despidieron con cariño en las redes sociales, lo cual es todo un indicador.

Pero en los últimos días de la temporada, Zidane tuvo que padecer algunas salidas complicadas, como la de su máxima estrella, Cristiano Ronaldo, quien apenas segundos pasados de la obtención de la Decimotercera Champions, en el propio césped del Estadio Olímpico de Kiev, prácticamente dio a entender que había sido ese su último partido con la camiseta del Real Madrid y que ya lo comunicaría “en los próximos días”, generando una auténtica conmoción en un vestuario que se aprestaba a un gran festejo.

La situación de Cristiano Ronaldo no es la misma que la de años atrás, cuando utilizaba los mensajes para sacar partido económico solamente. En este caso, la próxima temporada puede significar para el portugués entrar en conflicto definitivo con la Justicia española que le reclama el pago de impuestos evadidos y por sumas millonarias, y Zidane lo sabe y lo intuye.

En el caso de Gareth Bale, el galés tuvo un último mes de altísimo nivel y el manifestar que hablará con su agente para tratar de jugar más minutos es toda una declaración contra su actual momento en el Real Madrid, donde perdió protagonismo ante Isco o Marco Asensio, incluso pese a haber sido designado mejor jugador de la final de la Champions en Kiev ante el Liverpool.

Pero Zidane sabe bien que hay más factores, y con tres Champions en su haber, no está dispuesto a ceder: por ejemplo, el intento del presidente Pérez, desde hace un largo tiempo, por fichar un portero que compita contra el costarricense Keylor Navas, gran protagonista de la última competencia europea y con méritos suficientes para continuar en la titularidad, o por desprenderse de Karim Benzema para traer un centrodelantero de los kilates del polaco Robert Lewandowski del Bayern Munich, que no casualmente cambió de representante y pasó a la órbita del israelí Pinhas Zaavi, un viejo amigo de Pérez.

Zidane tampoco se escondió a la hora de dar a conocer su pensamiento sobre la situación de la plantilla para la próxima temporada, y no le tembló el pulso para decir que el equipo necesita, acaso, otro entrenador para conseguir una nueva motivación, en parte entendiendo que el ciclo había llegado a su fin y que la campaña de esta temporada quedó disimulada por la Champions pero la Liga y la Copa del Rey fueron lo suficientemente elocuentes.

Al margen de lo que hará o no Zidane, quien tiene ofertas de Qatar, del Olympique de Marsella y a quien se lo comienza a emparentar con la selección de su país tras el Mundial de Rusia, la otra pregunta es quién podría reemplazarlo en el banquillo del Real Madrid y cuándo, porque los blancos necesitan diagramar la próxima temporada y por lo tanto, requieren de una decisión antes de julio.

En este punto, si bien es evidente que Pérez ya eligió como sucesor al argentino Mauricio Pochettino, entrenador actual del Tottenham, éste acaba de renovar su contrato por otros cinco años, hasta 2023, y no sólo no tiene cláusula de salida, sino que el club acaba de renovar por muchos años a la mayor parte de la base del equipo, lo cual deja en claro que tiene un largo proyecto y que piensa implementarlo.

De esta forma, esto obligaría al Real Madrid a tener que erogar una suma fuertísima por el entrenador, algo que no estaba para nada previsto en los presupuestos.

Zidane ha dejado un terremoto en el Real Madrid, pero difícilmente entre los jugadores y dirigentes, puedan afirmar que se sorprendieron. Ahora será tiempo de que el club encuentre un entrenador con su perfil, desafío complicado si se tiene en cuenta que en lo que va del siglo, apenas Vicente Del Bosque y Carlo Ancelotti tuvieron comportamientos parecidos.

No hay comentarios: