Desde Moscú
En Cataluña, muchos están molestos con una frase
lanzada por el presidente del Barcelona, Josep María Bartomeu, acerca de que en
este Mundial de Rusia que se inicia por fin este próximo jueves, quiere que
gane la selección argentina por Lionel Messi, aunque en la española haya varios
jugadores de su equipo (Jordi Alba, Gerard Piqué, Sergio Busquets y Andrés
Iniesta).
Mientras tanto, en la capital española, es
Florentino Pérez, el presidente del Real Madrid, el que está enojado pero con
Cristiano Ronaldo, que quiere que el club se haga cargo de toda su deuda con
Hacienda (28 millones de euros), cuando el dirigente se desentiende e insiste
que en todo caso, es un problema privado del jugador y cuando ya la agencia que
lo representa se fue de las reuniones con los blancos sosteniendo que
definitivamente no hay acuerdo.
Cristiano se despidió de sus compañeros en el
vestuario en la noche de la última final de Champios League en Kiev ante el
Liverpool y fue por eso que dijo lo que dijo en el césped al terminar lo que
fue la obtención de la Decimotercera. Y
su madre siguió hablando en distintos medios de sus intenciones para que su
hijo regrese al Manchester United y el propio portugués adelantando que “va a
hablar” en las próximas horas.
No es el único. Tanto el Barcelona como el Atlético
Madrid están pendientes de la decisión del francés Antoine Griezmann acerca de
si se queda en el equipo madrileño o pasa a lo tan tentador que es jugar al
lado de Messi o Luis Suarez, y aspirar a lo máximo cada año.
Sin embargo, el galo mantiene en ascuas a todo el
mundo y cada vez que surge un rumor, aclara que no tiene tomada la decisión
aún, pese a que había sostenido que la tomaría antes del inicio del Mundial,
pero no parece que vaya a ser así.
Y por si todo esto fuera poco, entre las mieles de
su regreso triunfal a la selección
brasileña tras una larga lesión que casi lo margina del Mundial, Neymar
y sus representantes mantienen reuniones permanentes con el Real Madrid, que
necesita rápido un golpe de efecto por si se le llega a ir Cristiano Ronaldo y
cuando pasan los días, se acerca el Mundial y no consigue un entrenador de
fuste para reemplazar a Zinedine Zidane.
De momento, ni Joachim Löw, que ya renunció a ir al
Real Madrid porque no quiere ni pensar en retomar el trabajo día a día y sumado
a eso, perderse sus vacaciones post-mundialistas, ni Mauricio Pochettino, muy
acomodado en el Tottenham y con un contrato renovado hasta 2023 al igual que a
la mayoría de los jugadores de la plantilla y que en todo caso deja las
negociaciones en manos del presidente Daniel Levy que “muerde”, según ironizó ante la prensa, ni Massimiliano
Allegri, quien seguramente sospecha que su línea de fútbol no será fácil de
aceptar por el vestuario blanco, han aceptado dirigir al equipo, a lo que se
suma un viejo candidato, hoy más viejo que candidato, el DT saliente del
Arsenal, Arsene Wenger.
Todo indica que para la Liga Española, el Mundial
representa algo así como la calma que antecede la tormenta, una especie de
impasse de un mes que de todos modos sólo congelará ciertas situaciones pero
que tendrá suma importancia para otras por las performances que pueden llegar a
tener las grandes estrellas.
La selección española, por ejemplo, llega al Mundial
como una de las grandes candidatas aunque su mayor problema es la falta de gol,
con apenas tres delanteros netos, y con el agregado de que en su debut la espera
nada menos que el Portugal de Cristiano Ronaldo, el actual campeón de Europa.
Esta vez, se trata de una selección con más jugadores
del Real Madrid que del Barcelona, mientras que Brasil aparece como el equipo a
vencer y el que mejor está de forma en estas semanas, lo cual es clave porque
un Mundial es un momento, es un mes cada
cuatro años y de poco sirve haber hecho buenos ciclos si a la hora de la
verdad, no se llega en la plenitud física, psíquica y futbolística.
En cambio, la selección argentina juega casi todas
sus basas a lo que pueda generar su gran crack, Messi, aunque éste necesitará,
por fin, la compañía que hasta ahora no ha tenido ya sea por bajos rendimientos
deportivos o por el pánico de los entrenadores a perder, aunque igual acaben
perdiendo.
Francia es otra de los candidatos, porque cuenta con
una plantilla completa pero se desconoce el grado de madurez de la misma, en
tanto que Alemania siempre es una potencia (no hay que olvidarse de aquella
certera frase de Garyh Lineker acerca de que el fútbol “es un deporte que
enfrenta a once jugadores contra once y en el que siempre acaba ganando
Alemania”) pero esta vez parece haber sentido la ausencia de varios jugadores
que han abandonado la disciplina tras haber ganado la Copa del Mundo en Brasil
2014 y con algunas extrañas decisiones del entrenador de colocar como titular
en la portería al inactivo Manuel Neuer y de marginar a Leroy Sané, uno de los
pocos extremos que regatean.
Por si fuera poco, la Federación Española estrena
presidente, el ex futbolista y titular del sindicato de jugadores, AFE, Luis
Rubiales, que pone fin a tres décadas de Villarato,
Por todo esto, la Liga Española toma el Mundial como
algo muy importante y que le puede influir decisivamente en el futuro próximo.
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