domingo, 10 de junio de 2018

La Liga, pendiente del Mundial (Yahoo)




                                                   Desde Moscú



En Cataluña, muchos están molestos con una frase lanzada por el presidente del Barcelona, Josep María Bartomeu, acerca de que en este Mundial de Rusia que se inicia por fin este próximo jueves, quiere que gane la selección argentina por Lionel Messi, aunque en la española haya varios jugadores de su equipo (Jordi Alba, Gerard Piqué, Sergio Busquets y Andrés Iniesta).

Mientras tanto, en la capital española, es Florentino Pérez, el presidente del Real Madrid, el que está enojado pero con Cristiano Ronaldo, que quiere que el club se haga cargo de toda su deuda con Hacienda (28 millones de euros), cuando el dirigente se desentiende e insiste que en todo caso, es un problema privado del jugador y cuando ya la agencia que lo representa se fue de las reuniones con los blancos sosteniendo que definitivamente no hay acuerdo.

Cristiano se despidió de sus compañeros en el vestuario en la noche de la última final de Champios League en Kiev ante el Liverpool y fue por eso que dijo lo que dijo en el césped al terminar lo que fue la obtención  de la Decimotercera. Y su madre siguió hablando en distintos medios de sus intenciones para que su hijo regrese al Manchester United y el propio portugués adelantando que “va a hablar” en las próximas horas.

No es el único. Tanto el Barcelona como el Atlético Madrid están pendientes de la decisión del francés Antoine Griezmann acerca de si se queda en el equipo madrileño o pasa a lo tan tentador que es jugar al lado de Messi o Luis Suarez, y aspirar a lo máximo cada año.

Sin embargo, el galo mantiene en ascuas a todo el mundo y cada vez que surge un rumor, aclara que no tiene tomada la decisión aún, pese a que había sostenido que la tomaría antes del inicio del Mundial, pero no parece que vaya a ser así.

Y por si todo esto fuera poco, entre las mieles de su regreso triunfal a la selección  brasileña tras una larga lesión que casi lo margina del Mundial, Neymar y sus representantes mantienen reuniones permanentes con el Real Madrid, que necesita rápido un golpe de efecto por si se le llega a ir Cristiano Ronaldo y cuando pasan los días, se acerca el Mundial y no consigue un entrenador de fuste para reemplazar a Zinedine Zidane.

De momento, ni Joachim Löw, que ya renunció a ir al Real Madrid porque no quiere ni pensar en retomar el trabajo día a día y sumado a eso, perderse sus vacaciones post-mundialistas, ni Mauricio Pochettino, muy acomodado en el Tottenham y con un contrato renovado hasta 2023 al igual que a la mayoría de los jugadores de la plantilla y que en todo caso deja las negociaciones en manos del presidente Daniel Levy que “muerde”, según  ironizó ante la prensa, ni Massimiliano Allegri, quien seguramente sospecha que su línea de fútbol no será fácil de aceptar por el vestuario blanco, han aceptado dirigir al equipo, a lo que se suma un viejo candidato, hoy más viejo que candidato, el DT saliente del Arsenal, Arsene Wenger.

Todo indica que para la Liga Española, el Mundial representa algo así como la calma que antecede la tormenta, una especie de impasse de un mes que de todos modos sólo congelará ciertas situaciones pero que tendrá suma importancia para otras por las performances que pueden llegar a tener las grandes estrellas.

La selección española, por ejemplo, llega al Mundial como una de las grandes candidatas aunque su mayor problema es la falta de gol, con apenas tres delanteros netos, y con el agregado de que en su debut la espera nada menos que el Portugal de Cristiano Ronaldo, el actual campeón de Europa.

Esta vez, se trata de una selección con más jugadores del Real Madrid que del Barcelona, mientras que Brasil aparece como el equipo a vencer y el que mejor está de forma en estas semanas, lo cual es clave porque un  Mundial es un momento, es un mes cada cuatro años y de poco sirve haber hecho buenos ciclos si a la hora de la verdad, no se llega en la plenitud física, psíquica y futbolística.

En cambio, la selección argentina juega casi todas sus basas a lo que pueda generar su gran crack, Messi, aunque éste necesitará, por fin, la compañía que hasta ahora no ha tenido ya sea por bajos rendimientos deportivos o por el pánico de los entrenadores a perder, aunque igual acaben perdiendo.

Francia es otra de los candidatos, porque cuenta con una plantilla completa pero se desconoce el grado de madurez de la misma, en tanto que Alemania siempre es una potencia (no hay que olvidarse de aquella certera frase de Garyh Lineker acerca de que el fútbol “es un deporte que enfrenta a once jugadores contra once y en el que siempre acaba ganando Alemania”) pero esta vez parece haber sentido la ausencia de varios jugadores que han abandonado la disciplina tras haber ganado la Copa del Mundo en Brasil 2014 y con algunas extrañas decisiones del entrenador de colocar como titular en la portería al inactivo Manuel Neuer y de marginar a Leroy Sané, uno de los pocos extremos que regatean.

Por si fuera poco, la Federación Española estrena presidente, el ex futbolista y titular del sindicato de jugadores, AFE, Luis Rubiales, que pone fin a tres décadas de Villarato,

Por todo esto, la Liga Española toma el Mundial como algo muy importante y que le puede influir decisivamente en el futuro próximo.


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