Desde Moscú
En el fútbol, se puede anochecer de mal ánimo y
despertar con una sonrisa. Lo que parecía inconcebible para una selección como
la argentina, que no pudo pasar del empate en su debut mundialista ante
Islandia el sábado, un día después quedaba casi en el equilibrio informativo
luego de que México no sólo le ganara sino que le diera una paliza táctica a
Alemania, mientras que más tarde, Brasil tampoco pasó de la igualdad ante
Suiza.
¿Qué es lo que les ocurre a las potencias? No hay
una situación de total semejanza entre una y otra pero sí está claro que
arrastran todas una presión insostenible por tener que seguir el hilo de la
historia y no fallar, y si bien suele ocurrir que en este tipo de torneos el
comienzo sea timorato para ir creciendo en la sumatoria de partidos, no es muy
habitual que suceda lo que ocurrió en este caso.
España, que apenas cedió un empate en la
clasificación, pero que tuvo el enorme obstáculo del affaire que involucró al
arquero Julen Lopetegui y el Real Madrid, ya perdía a los 2 minutos de
comenzado el partido ante Portugal aunque luego lo revirtió y acabaron 3-3,
Argentina iba ganando pero tres minutos más tarde empató Islandia y ya ni
Lionel Messi pudo concretar su penal. Uruguay acabó venciendo sobre la hora y
por un cabezazo de José María Giménez a un Egipto sin su gran estrella, Mohamed
Salah.
Al día siguiente, cuando ya parecía que por fin el
Mundial entraba en la “normalidad” con el triunfo de los equipos seguros,
Alemania cayó de manera inapelable ante México (en el resultado más importante
de su historia futbolística) 1-0 pero pudo ser peor, dejando una triste imagen
en lo defensivo, y escasas ideas en ataque, aunque tuvo un gran dominio en los
15 minutos finales, cuando ya quedaba poco por hacer.
Y cuando al fin debutó Brasil y ganaba 1-0 con el
golazo de Philippe Coutinho, Suiza le acabó empatando para dar una nueva
sorpresa en el torneo. ¿Qué ocurrió para que haya una coincidencia tan grande y
que las potencias generaran tan poco? ¿El fútbol se emparejó o son las propias
presiones del contexto mundialista.
Sólo queda esperar por Bélgica, Inglaterra y
Colombia para determinar finalmente los extraños factores para que las
potencias hayan comenzado así y que México sea, hasta el momento, el mejor
equipo del certamen.
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