Desde Moscú
El presidente de la AFA, Claudio “Chiqui” Tapia
cuidó muy poco la diplomacia cuando manifestó ayer que “a veces la simpatía
lleva a la traición”, en relación al extraño voto de la Confederación Brasileña
de Fútbol (CBF) del día anterior para la candidatura de Marruecos contra la de
la tripartita de Estados Unidos, México y Canadá, cuando había un compromiso de
las diez federaciones de la Conmebol (Confederación Sudamericana) para apoyar a
los norteamericanos.
Este acuerdo de la Conmebol, vulnerado por la CBF y
su nuevo presidente Antonio Carlos Nunes de Lima, quien votó por Marruecos,
pudo haber determinado, de haberse impuesto los africanos para organizar el
Mundial 2026, que luego los norteamericanos, como respuesta, no dieran su voto
a la candidatura tripartita de Argentina, Uruguay y Paraguay, que se lanzaron
ya para organizar el Mundial 2030.
Nunes de Lima sólo dio como explicación que
Marruecos “nunca había organizado un Mundial y pensé que hubiera sido bueno que
le tocara”, aunque los allegados sostienen que el dirigente brasileño jamás
imaginó que contrariamente a los procederes de otros tiempos, la FIFA daría a
conocer el resultado de cada voto en su propio sitio web, www.fifa.com
De todos modos, al ganar finalmente la candidatura
norteamericana por el contundente 134-65, las chances de Argentina, Uruguay y
Paraguay se mantienen intactas, no obstante lo cual, seguramente deberán pelear
contra la de Inglaterra, con la vidriera de la poderosa Premier League,
conjuntamente con otros países británicos aunque no está decidido.
El presidente de la Conmebol, el paraguayo Alejandro
Domínguez, aclaró a Jornada que aunque se especula con que Inglaterra intentará
impugnar la candidatura del tripartito sudamericano ante la FIFA al considerar
todo un solo continente americano al que desde el norte comienza en Canadá y
llega hasta Argentina en el sur, la entidad madre del fútbol con sede en Suiza
divide el mismo en seis confederaciones y no cinco, siendo una la Concacaf
(Confederación del Norte y Centro América y del Caribe) y otra, la Conmebol
(Sudamérica) por lo que no hay problemas en que en 2026 haya habido un Mundial
en territorio Concacaf y al siguiente, en el de Conmebol.
En cambio, Domínguez aceptó ante el requerimiento de
Jornada que la Conmebol esgrimirá semejante recurso ante la FIFA para impugnar
las chances de otra candidatura en ciernes para 2030, la de la también poderosa
China, en este caso, aduciendo que si Qatar, de la Confederación Asiática,
organiza un Mundial en 2022, no puede otra federación de ese continente
organizar otro torneo apenas ocho años más tarde, es decir, dos Mundiales
después.
Para darle más fuerza a una nueva presentación de la
candidatura de Argentiuna, Uruguay y Paraguay al Mundial de 2030, la Conmebol
organizó un fuerte acto en la zona céntrica del Kremlin de Moscú, donde se
inauguró la Casa de la confederación sudamericana, a todo lujo, con salas de
juego, prensa y museo itinerante, con la presencia del presidente de la FIFA,
Gianni Infantino, quien sostuvo que la postulación es “una gran idea” y que la
historia del fútbol sudamericano “es la historia misma del fútbol” y que este
deporte “debe agradecerle su aporte a Sudamérica”.
Fernando Marín, asignado por el Gobierno argentino
en la candidatura sudamericana y ex gerenciador de Blanquiceleste, la entidad
privada que tuvo a cargo a Racing Club a principios de siglo cuando una síndico
llegó a declararlo en quiebra, dijo luego que “ya no hay corrupción” en el
fútbol sudamericano y que “quedamos unos pocos de la generación anterior pero
llega gente nueva, diferente”.
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