Desde Belo Horizonte
Algunos aún se sorprendieron, acaso la generación
más veterana de periodistas acreditados al Mundial, cuando el entrenador de la
selección argentina, Alejandro Sabella, dijo en una conferencia de prensa
previa al partido con Irán, que había que presionar muy arriba “para quitarles
la pelota”.
Es decir que Sabella partía de la base de que ante
un equipo considerado débil, o sin mucha historia en el fútbol como Irán,
Argentina no iba a disponer mucho de la posesión del balón, más bien jugaría a
bloquear y contraatacar, porque ni siquiera trajo al Mundial un organizador de
juego.
Esto no sucede sólo con Argentina, sino con las otras dos potencias sudamericanas. Ni
Brasil ni Uruguay lo usan, aunque uno desistió de convocarlo (Ronaldinho,
Robinho, Diego, Kaká) y el otro, apenas si dispuso de él (Lodeiro, e incluso
Forlán podría cumplir esa función).
No es casual. Desde hace tiempo, estos tres países
son los principales exportadores de jugadores a Europa desde Sudamérica y
entonces los sistemas tácticos deben adaptarse al Primer Mundo para poder
vender.
Con algunas excepciones como Colombia, Alemania,
Holanda y en menor medida Costa Rica, el Mundial transcurre entre equipos con
mucha dinámica y velocidad, que tratan de bloquear a los otros para tomarlos de
contragolpe, con lo que muchos partidos se rompen en el medio, son de ida y
vuelta, generan muchísima expectación e interés, concentran la atención del
público, pero eso para nada significa que se esté jugando mejor al fútbol.
Todo lo contrario. Son equipos sin un cerebro, o
bien, el cerebro que antes era el clásico “diez”, ahora en muchos casos pasa
por uno de los dos volantes centrales de una línea de cuatro mediocampistas,
con un ataque de dos puntas o bien, un mediapunta detrás del punta, dándole
alas a los dos volantes externos para que lleguen acompañando la jugada.
¿Cuánto resultado está dando esto? Es relativo.
Brasil avanzó a cuartos de final, pero pocas veces debió sufrir tanto en
octavos ante Chile, al que en esa instancia enfrentó por tercera vez en 16
años.
Uruguay, es cierto que acusando el durísimo golpe de
la expulsión del torneo por sanción de su mejor delantero, Luis Suárez, pero
tampoco pudo seguir, siendo nítidamente superado por Colombia, que tiene en sus
filas al mejor jugador del torneo, por técnica, regularidad, continuidad y
brillo, James Rodríguez, un “diez” clásico de los pocos que quedan en el
planeta porque su función parece extinguirse aunque algunos se siguen
rebelando.
Una de las gratas sorpresas, en cambio, es Costa
Rica, un equipo extraño que su propio entrenador, el colombiano José Luis
Pinto, define como “un mix entre el sistema de ordenamiento en bloques y
relevos italiano, y la libertad de sus jugadores cuando tienen la pelota”. No
sería extraó que Costa Rica avanzara a cuartos de final, donde se encontraría
con un equipo potente uy con cracks del medio para arriba como Holanda, que
también cuenta con un ordenador de juego, Wesley Sneijder.
El Mundial ha dejado distintos tipos de cracks, los
que sobresalen a todos, como Neymar y Lionel Messi, pero que aparecen en
momentos decisivos, con cuentagotas, y otros más regulares y que desde hace
tiempo que vienen en un gran nivel, como Arje Robben, Tomas Müller y hasta el
arquero Keylor Navas.
Lo que no se ve demasiado son equipos con ideas
ofensivas claras, que paren el balón para pensar. El resto pasa por la
enjundia, la fuerza, la garra, el sistema dinámico colectivo, el estado físico,
la mentalidad, cosas por el estilo, pero si hay algo en común es que muy pocos
quieren tener la pelota para usarla en su beneficio, algo que puede marcar
tendencia tras el Mundial, debido a la eliminación temprana del adalid de esta
línea filosófica, España, o el que buscaba ser su sucesor en el futuro, Italia,
con la renuncia ya asegurada de su entrenador Césare Prandelli.
Italia y España jugaron hace dos años la final de la
Eurocopa, y ahora se fueron muy pronto, lo mismo que Uruguay, campeón de
América y el otro finalista del torneo jugado en 2011 en Argentina, Paraguay,
ni siquiera se clasificó para Brasil 2014.
Esto tal vez muestre la violencia del cambio en
apenas poco tiempo, y que hoy estamos ante los cracks que inciden demasiado en
el rendimiento a favor o en contra de sus equipos (Agüero, Suárez, Cristiano
Ronaldo, Benzema, Fred, Van Persie, Müller, Robben), y se pretende un fútbol
recto sin demasiados lujos.
Lo que vale es la producción, ya no hay tiempo para
el ocio, para el disfrute, para transitar por el campo pensando en alguna
jugada que deleite, salvo, como siempre, algunas excepciones.
Es, finalmente, un Mundial americano, con ocho
equipos del continente sobre diez posibles, que pasaron a los octavos de final
con las solas excepciones de Ecuador y Honduras, y que ya tendrá un
semifinalista como resultante del partido de cuartos de final en Fortaleza
entre Brasil y Uruguay.
Apenas dos equipos de Africa (Nigeria y Argelia)
pudieron clasificarse, mientras que ninguno de Asia lo pudo conseguir. Europa
colocó a seis representantes. ¿Podrá ganar, por fin, un europeo en América? En
las siete ocasiones anteriores, no fue posible.
A la fiesta del Mundial le queda mucho balón por
recorrer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario