El resultado es lo de menos. Trinidad y Tobago no
era, ni terminó siendo, un rival a la medida de esta selección argentina, que
inicia la despedida de su público antes de iniciar su periplo mundialista en
Brasil, y por lo tanto, el 3-0 final debe dejar muchos elementos para estudiar
y para que el director técnico Alejandro Sabella pueda utilizarlos en la
continuidad de la puesta a punto final.
El partido, en el Monumental, duró poco más de una
hora, hasta que empezaron los cambios, para que Sabella preservara a algunos
jugadores con molestias y pudiera ver a casi todos, aunque lo que no indica el
resultado es que casi se van al descanso empatando sin goles, y eso puede
explicarse en que Ezequiel Lavezzi fue anoche una máquina de perderse goles.
El equipo argentino sigue siendo un torbellino. Los
delanteros, en este caso Lionel Messi, Rodrigo Palacio y Lavezzi, a los que se
sumó Angel Di María, aceleraron demasiado, acaso por la ansiedad de volver a
mostrarse ante su público, que llenó el Monumental, y aunque contaron con buena
cantidad de oportunidades, las fueron perdiendo una a una por la falta de un
toque final.
A Messi se lo vio mucho más participativo que en el
Barcelona, y con algún toque genial, aunque todavía le queda un largo trecho
hasta alcanzar su máximo nivel, mientras que Palacio (un jugador que le encanta
a Sabella), apareció como el más criterioso, y no sólo fue el autor del primer
tanto sino que colaboró, con una corrida, en el tercero, de Maxi Rodríguez.
A la selección argentina le falta (vaya novedad, al
punto de no tener un diez clásico) una pausa como para parar la pelota en
determinadas ocasiones, y también mostró fallas defensivas en el juego aéreo,
poca utilización de Marcos Rojo como lateral izquierdo, y Sergio Romero, aún
casi sin recibir ataques, se mostró más dudoso que lo esperado.
En cambio, Martín Demichelis mostró buena distancia
en su regreso al equipo argentino, en el que no jugaba desde 2011, y se retiró
con un golpe en el tobillo, al igual que Palacio que tiene un esguince en la
misma zona y está descartado para el partido ante Eslovenia del próximo sábado
en La Plata.
Es evidente también que en el centro del campo,
Javier Mascherano (autor del segundo gol al recoger un rebote tras un tiro
libre de Messi que pegó en el palo) deberá trabajar un poco más en afinar la
posición tras haber jugado toda la temporada en el Barcelona en posiciones
defensivas, mientras que a Fernando Gago se lo vio recuperado de aquellas
actuaciones frustrantes en Boca en el Torneo Final.
El partido no dio para mucho más. Estaba definido a
falta de media hora cuando Sabella hizo entrar a los que quedaban, aunque todo
se hizo gris, la gente gritó algunos “oles” y la noche se fue cerrando en
River.
El sábado, ante un rival distinto, más disciplinado
y europeo como Eslovenia, será la última oportunidad de ver al equipo argentino
antes de su debut mundialista del 15 de junio en el Maracaná.
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