Messi intenta enderezar el modelo (Jornada)

                                    

                                  Desde Belo Horizonte

Que Lionel Messi haya salido a hablar con la prensa al día siguiente del partido debut en el Mundial no forma parte de ninguna casualidad. Ya minutos después del discreto partido ante Bosnia Herzegovina, el mejor jugador del mundo había aclarado que se había sentido aislado en el primer tiempo y que se había rectificado en el segundo y que todo había cambiado con el retorno del siempre bien ponderado 4-3-3.

Pero por si faltara alguna aclaración, Messi volvió a salir al ruedo ayer, para citar que “somos Argentina, y no debemos fijarnos qué rival tenemos enfrente”. Parece un punto de partida clave, y un mensaje para su propio director técnico, Alejandro Sabella, quien optó por una defensa de cinco jugadores ante Bosnia, que a su vez sólo colocó un delantero de punta (Edin Dzeko).

A Messi se lo ve con una sonrisa que no le apareció en toda la temporada en el Barcelona, y eso ya es bastante decir. Está claro no sólo que se encuentra entre amigos, en el mejor clima posible, sino que el bonito gol marcado en el Maracaná le quitó una tonelada de peso en su espalda y pareciera que ahora viene lo mejor.

"En un partido,  se puede cambiar, manejar otro tipo de sistema, pero personalmente opino que debemos ser protagonistas", manifestó con rotundidad, para respaldar a Fernando Gago, a quien considera buen socio, para señalar con claridad que este equipo "no está acostumbrado a tirarse atrás", y que en el segundo tiempo "jugamos a lo que nos gusta y a lo que sabemos".

Más allá de quién haya sido el de la idea, y aún tratando de equilibrar sus declaraciones indicando a Sabella como responsable de la rectificación del entretiempo, lo claro es que messi, a sus casi 27 años, está asumiendo su rol de capitán como pocas veces, dejando en claro sus gustos futboleros y el de sus principales compañeros.

Como para que quede bien clarito qué es lo que quieren estos jugadores y a lo que debe jugar la selección argentina. En fútbol, el miedo lo tienen que tener los demás. Hay demasiados pergaminos en la historia, y el mejor jugador del mundo de este lado. ¿A qué temer? Llegó la hora de jugar.