lunes, 30 de junio de 2014

Una prensa dura contra la FIFA y el equipo (Jornada)



                                               
                                                    Desde Belo Horizonte

Llama la atención no leer ni escuchar más la palabra “Scratch” para aludir a la selección brasileña. En España se suele utilizar mucho la referencia a la “Canarinha”, que suena exagerada. Pero algo parece haber con el complejo de que ya los verdeamarillos no son lo que eran, ni siquiera con una Copa del Mundo en su propia casa.

“Digámoslo: para que nos complique un jugador de medio pelo como (Mauricio) Pinilla, que pasó sin pena ni gloria por nuestro fútbol local, es una muestra de lo que tenemos”, dice José Trajano en ESPN Brasil, un canal que trabaja con mucha seriedad y cuyos periodistas no tienen contemplaciones y se dedican a este oficio, el de informar y opinar, con rotundidad, sin medias tintas, hasta cargar contra su propio equipo nacional, algo no muy usual en la Argentina.

Si algo se observa en la buena prensa brasileña, que abunda en medios orales y escritos, es la distancia que puede tomar de los protagonistas. “Tenemos una generación mediocre de futbolistas, con la excepción de Neymar, y es una selección muy limitada. Lamentablemente coincidió con un Mundial en casa”, dice Paulo Vinicius Coelho en ESPN, en un programa que sorprende por su calidad aunque sólo necesite una mesa redonda: “Linha de Passe”, con reconocidos periodistas como los mencionados, y con la presencia del gran Juca Kfouri, una voz autorizada y una de las más grandes plumas de América, y hasta con un Juan Pablo Sorín perfectamente adaptado, de buen portugués, y de acceso a los jugadores argentinos, ídolo desde sus tiempos del Cruzeiro.

El programa tiene cronistas en cada uno de los equipos del Mundial y hasta quien cubre a Uruguay editorializa desde la misma concentración celeste y dice al aire que no entiende cómo los colegas orientales toman tanto partido a favor de Luis Suárez o uno de ellos pueda salir a defender al delantero en plena conferencia de prensa de jugadores de ese país.

Desde el piso, uno de los columnistas directamente afirma que cuando termine el Mundial, la CBF debería contratar a un entrenador extranjero, como hicieron Colombia o Costa Rica, “porque esta selección no es un equipo, no juega a nada y fue superado tácticamente en varios partidos”.

En el diario Folha de Sao Paulo, el columnista político Ruy Castro directamente sostiene que la FIFA “es un Estado invasor” y se refiere a “nuestras eternas incapacidades para cumplir plazos, respetar acuerdos y proveer la seguridad” e cree que no todo pasa por el organismo de fútbol internacional.

“Nosotros, los medios, somos esenciales para el pesimismo, denunciando a la FIFA, o el fracaso de la preparación de la infraestructura exigida para recibir a los visitantes y la diferencia entre el costo estimado y el costo real”, escribe, y remata con que “nuestro “Imagina la Copa” que comenzó como un chiste, terminó en una sentencia para nuestra injustificable vocación para el subdesarrollo”.

Tostao, aquél crack de los años sesenta, campeón mundial en México 1970 y médico, es además un gran analista y escribe en el Folha de Sao Paulo que Chile “colectivamente es más que Brasil, e individualmente, Brasil tiene dos zagueros excepcionales y Neymar. El problema de Brasil no fue emocional. Fue técnico y táctico y habrá más sufrimiento, pero aún así, continua siendo un fuerte candidato al título. Hay muchas selecciones buenas, pero ninguna excepcional”.

En otra página, y con gráficos claros, el diario aconseja qué se debe hacer para evitar ataques cardíacos durante los partidos, con el título de “Aguanta Corazón”. Parece ser la tónica para los locales en la Copa del Mundo, pero al menos tienen algo claro: pocos dirán desde los medios, por anticipado, que son campeones. Saben lo difícil que está y hablan a calzón quitado.


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